La Segunda Guerra Mundial constituyó el acontecimiento histórico mundial que obligaría a los gobernantes mexicanos a impulsar un nuevo proyecto de crecimiento económico y de desarrollo político social y cultural, que tendría como meta la industrialización bajo una nociva política proteccionista que impulsaría la consolidación de las nacientes industrias manufactureras mexicanas frente a las pujantes y modernas industrias capitalistas extranjeras. Por otra parte el creciente proceso inflacionario y la devaluación del peso mexicano entre 1948 y 1954 llevaría a nuestra moneda a una paridad que fluctuaría entre 4.85 a 12.50 pesos por dólar como resultado del déficit comercial que México experimentó al término de la guerra de Corea; así mismo generó un gran malestar político-social que culminaría en importantes movilizaciones del proletariado asalariado a fines de los cincuenta.
Esta situación aunada a la necesidad de importar bienes de capital conduciría a la implementación de una política denominada desarrollismo basada en:
- La entrada creciente de inversiones extranjeras en las nacientes industrias mexicanas.
- El incremento de divisas provenientes del turismo.
- Las exportaciones de productos agropecuarios y principalmente agrícolas fueron la fuente que impulsaría la estrategia económica del desarrollo industrial.
- El impulso de inversiones destinadas a obras de infraestructura en los renglones de energía y comunicaciones.
- La promoción de trabajadores migrantes (braceros) a los Estados Unidos de Norteámerica con la finalidad de generar entrada de divisas el país.
A pesar de estas medidas y en un afán de contrarrestar un creciente proceso inflacionario y nuevas devaluaciones, en 1954 se pone en marcha el llamado “desarrollo estabilizador” cuyas características fundamentales fueron: un crecimiento acelerado y sostenido con estabilidad política que mantuvo una tasa del producto interno bruto de 6.5% anual; una paridad del peso frente al dólar de 12.50 y una inflación de 2.5% anual en un lapso de aproximadamente 16 años comprendiendo los sexenios de los presidentes: Adolfo Ruíz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. Otras características que es importante señalar de este modelo de desarrollo son:
- Industrialización creciente.
- Promoción creciente de la agricultura de exportación.
- Restricción del gasto público en áreas de bienestar social e incremento de este en la inversión productiva.
- Incremento de inversión extranjera en los sectores clave de la economía nacional.
- Contención de las demandas salariales.
- Creciente endeudamiento externo.
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