EL BLOQUE CAPITALISTA
Estados Unidos de América que había desarrollado una impresionante industrialización desde el siglo XIX, con la guerra vio consolidar su economía como primera potencia mundial capitalista. Para lograr que el capital de sus empresas penetrara en todo el mundo, a excepción del socialista, estableció una serie de alianzas con Europa y Japón, que se expresaron en el predominio de organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Acuerdo General de Comercio y Aranceles (GATT) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Hacia 1949 su economía se vio amenazada por una crisis que fue resuelta por la acción del Estado y el incremento de una política armamentista, dirigido por el Pentágono y destinada hacia la intervención de algunos países que como Corea, Viet Nam y Cuba, habían iniciado su proceso de separación del dominio capitalista, para tener una posición de mayor fuerza frente al bloque socialista.
Japón tuvo una fabulosa recuperación económica después de su derrota en Pearl Harbor. Al ocupar Estados Unidos de América el territorio japonés, impusieron una reforma agraria y la disolución de grandes monopolios. La numerosa mano de obra barata que disminuyó los costos de producción, y la inexistencia de gastos militares, crearon condiciones para que en el imperio del Sol Naciente se orientaran cuantiosas inversiones hacia el aparato productivo. Hoy compite con Estados Unidos de América, no solamente por los mercados de la Cuenca del Pacífico (Taiwan, Tailandia, Singapur, Australia, etc.), sino en los mercados de todo el mundo, con productos baratos y de excelente calidad.
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