LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS
Durante la segunda mitad del siglo XX, los medios de comunicación masivos, como la prensa, la radio, el cine y la televisión, adquirieron creciente importancia. Esto se debió en gran medida a la aplicación del avance científico y el perfeccionamiento tecnológico en las comunicaciones; sobre todo, la radio y la televisión penetraron en todo el mundo, y podemos decir que su influencia ideológica es decisiva, ya que establece pautas de comportamiento entre los individuos.
En varios países, la industria de la información está en manos de empresarios privados, generalmente organizados en monopolios transnacionales -como la International Telegraphic and Telephone (ITT)-, cuyos productos culturales circulan por todo el mundo como cualquier mercancía y les da gran poder sobre la opinión pública internacional. En otros países, el Estado tiene cierto manejo ideológico-político de los medios de información y comunicación, integrado al interés mercantil de los grupos económico y políticos. Son precisamente esos grupos los que hacen a un lado las funciones sociales que deberían cumplir, y así marcan el rumbo que han de seguir los medios de comunicación.
En México, la presencia de los medios de comunicación, también constituyeron un vehículo de apoyo a la política de unidad nacional y de impulso al modelo exógeno de modernización industrial. Decía el presidente Alemán: “Mas que inquietudes políticas, lo que el país necesita es trabajar”. A través de ellos el sistema político mexicano, durante el periodo que se viene analizando, fue imponiendo el modelo cultural e ideológico pertinente para el despliegue de una sociedad asentada principalmente en las grandes ciudades y consumidora de los productos emanados de la industria nacional y extranjera, abierta a la penetración ideológica de nuevos valores “modernizantes” que irían creando un profundo desprecio entre la burguesía y la pequeña burguesía nacional, hacia el rescate critico de la tradición cultural.
La radio, el cine y desde los años cincuenta la televisión, deberían crear “la certeza de pertenecer a una colectividad cálida y bullanguera, cuyos ídolos fueran exactas proyecciones anímicas del pueblo” y que ésta entendiera que “la política en definitiva no es cosa suya”.
RADIO. Desde los primeros años de la radiodifusión en México, ésta fue utilizada por el gobierno como el medio informativo y propagandístico más idóneo, y en muy poco tiempo, la radio alcanzó una gran penetración en la sociedad mexicana. Por eso, en 1942 el presidente Ávila Camacho informaba por radio sobre la decisión de su gobierno para que México, interviniera en el segundo conflicto mundial a favor de los aliados. En los años 40 se fue privatizando el servicio radifónico, en 1947 se introdujo la frecuencia modulada y en 1965 un sistema de microondas.
Las diferentes radiofusoras como la XEQ o la XEW difundieron la música popular expresándose en la canción ranchera con Lucha Reyes, Jorge Negrete y Pedro Infante; en los boleros de María Luisa Landín y Daniel Santos; Pérez Prado en el mambo; Acerina en el danzón. En 1960 el éxito correspondió a Javier Sólis quién suplió la ausencia de Pedro Infante; también destaco Lucha Villa. Se oye Jazz con Mario Patrón, Juan José Calatayud y Tino Contreras. El aparato estatal mediatizó el rock por considerarlo subersivo y disolvente, adoptando por la vía comercial a los rockanroleros. En 1964 llegaron de la frontera Javier Batiz, Armando Nava con Ios Dugs Dugs y los Sinners; estos grupos que centraron su actividad en los cafés Rusers, Harlem, Hullaballoo y otros.
CINE. Entre los años treinta y sesenta, el cine constituía otro de los vehículos pedagógicos de apoyo a la unidad nacional. En él, se identificaban la burguesía y los marginados capaces de llorar y de sufrir. Con el capital otorgado por el Estado a través del Banco Cinematográfico (fundado en 1941) y la Ley de la Industria Cinematográfica (dictada en 1949) que regulaba esta actividad, se inicia la llamada “época de Oro” del cine nacional. De esta manera se incrementó la producción y algunas películas como “Flor silvestre” del Indio Fernández o “Nosotros Los Pobres” de Ismael Rodríguez alcanzaron fama internacional. En el “cine populista” destacaron Pedro Infante, Jorge Negrete, Pedro Armendariz, Lilia Prado, entre otros; María Antonieta Pons, Ninón Sevilla y Meche Barba en el “cine de rumberas”; Cantinflas, Joaquín Pardavé y Germán Valdés “Tin Tan” en la comicidad. El apoyo estatal hacia esta industria continuó, y en 1960 el Estado compró dos de las más importantes cadenas de salas de cine dentro del país.
La nueva ola francesa invadió al cine mexicano con películas de Godard, Truffaut y Resnais, así como el cine italiano que hizo presencia con Visconti, Fellini y Antonioni. Durante los años sesentas en el cine mexicano destacaron Gustavo Alatriste, García Marquez y Luis Buñuel. Luis Alcoriza asistente de Buñuel, produjo dos películas notables: “Tlayucan” y “Tiburoneros”. De igual manera surge un nuevo tipo de cine producto del éxito del rock and roll en la que se presentan ídolos de esta corriente musical como Enrique Guzmán, César Costa, Angélica María y Julissa.
TELEVISIÓN. Siguiendo el modelo norteamericano el sistema televisivo en México, desde su origen fue de capital privado, se sostuvo de la publicidad y buscó en su programación ser informativo y de entretenimiento. La primera transmisión formal la realizó el canal 4, con el informe de gobierno de Miguel Alemán en septiembre de 1954, al año siguiente nace el canal 2 y se integra el canal 5 en 1952. Los tres canales quedaron en una sola empresa que adquiere el nombre de Telesistema mexicano y esta empresa empieza a perfilarse como gran monopolio y fabrica de enajenación en todas sus formas; se hizo notable con telenovelas, viejas series de televisión estadounidenses (como los Intocables, Combate y Yo quiero a Lucy) caricaturas y algunos programas de variedades como el del Loco Valdés.
Para este momento la universidad y el politécnico luchan por tener la concesión de un canal televisivo cultural, y a principios del sexenio de López Mateo, se le otorgó ésta al Instituto Politécnico Nacional. Así nació el canal 11, como el primero en su género de toda América Latina. Con la Ley General de Radio y Televisión promulgada en 1960, se considera que ambos medios serian de interés social. Es así, como el Estado adquiere concesiones (en un 12.5% de la programación) para difundir programas educativos. En 1966 se iniciaron las programaciones de Tele Secundarías. En 1965 las transmisiones ya se hacían por vía satélite, lo que permitió que las olimpiadas de 1968 fueran vistas, través de éste medio por más de 600 millones de personas. Al finalizar los años sesentas ya era generalizada la transmisión a color.
LA PRENSA. La prensa de los cuarenta y principios de los cincuenta estuvo dominada por notas de tinte anticomunista que se vieron fortalecidas por las presiones políticas y económicas que el gobierno de los Estados Unidos ejerció sobre los gobiernos mexicanos a raíz del conflicto bélico mundial y las tensiones económicas, político, militares derivadas del fin de la guerra y en el inicio de la Guerra Fría como expresión real de la bipolaridad entre el capitalismo y el socialismo. Destacan las notas deportivas que narran los éxitos taurinos de Arruza, Fermín Rivera, Capetillo, Procuna y Joselito Huerta; el futbol soccer con los partidos y los equipos del momeno: Atlante, Zacatepec, Oro, Marte y Guadalajara; el clásico americano entre Politécnico y Universidad en la Ciudad Universitaria y en beisbol el clásico entre los equipos capitalinos: Tigres y los Diablos rojos, notas que eran comentadas en diarios como: el Esto, Ovaciones y la Afición. Mientras que los periódicos Excelsior, Novedades y El Universal continuaban la línea conservadora de la mordaza y el embute o soborno; el periódico más popular era la Prensa sobre todo por su nota roja. Más tarde aparecerá Magazine de Policía y Alarma. Otras revistas de entretenimiento y manualidades eran: Hoy, Mañana, Revista de Revistas, Paquita ySocial. Desde los cincuenta y hasta la década de los sesenta aparece en la prensa mexicana, una corriente intelectual y cultural de tintes contraculturales distinta de las décadas anteriores en la que se incrementan las manifestaciones de crítica antigubernamental ante la exaltación del fenómeno histórico de la Revolución Cubana y los movimientos de Liberación Nacional en Asia, África y América Latina.
Así destacan revistas como Siempre de José Pagés Llergo con la nota irónica de los caricaturistas: Carreño, García Cabral y Frexre, la Revista Política de Manuel Marqué Pardiñas, de espíritu combativo (artículos y reportajes que el resto de la prensa ignoraba), en la que escriben: González Pedrero, López Camara, Flores Olea, García Márquez y otros destacados escritores. La difusión de la cultura como la de la riqueza va acompañada con ciertos matices críticos al sistema pues se concentro en unos pocos y fue difundida en pequeños círculos intelectuales y elitistas en suplementos culturales como: México en la Cultura con Fernando Benítez, La Cultura en México con Benítez, Carlos Fuentes, Emilio Carballido, Elena Poniatowska, Arreola y Carlos Monsivais.
Aparece el periódico El Día, bajo la dirección de Enrique Ramírez y Ramírez con un discreto tinte de izquierda, así como la aparición de revistas de “monitos” de humor como La Gallina en donde analizan y critican los acontecimientos nacionales e internacionales. Surgen las revistas críticas de cine donde se ironizaba y hacia mofa de las películas provenientes del cine nacional, denunciando la corrupción de los productores y la mala o buena calidad de las películas; así mismo se denunciaban los abusos de la censura y criterios atrazados y absurdos del cine nacional, en los que destacaban las observaciones de García Riera, Jomi García Ascot, José De la Colina, Juan José Gurrola en revistas como: Nuevo Cine, La Semana en el Cine, Snob.
Las historietas más sobresalientes en este período fueron La Familia Burrón, Lágrimas, Risas y Amor; Chanoc; Kalimán y el Payo, agregandose de las estadunidenses: La Pequeña Lulú, Lorenzo y Pepita,El Pájaro Loco, Supermán, Batman, entre otras. Destacaron también Los Supersabios de Germán Butze y Rolando el Rabioso de Gaspar Bolaños. Tuvo mucho éxito la novela semanal de Yolanda Vargas Dulché, las fotonovelas y las revistas femeninas y masculinas como Kena, Claudia de México, Rutas de Pasión y otras que confinaron a la mujer a cocina, a la costura, a los chismes de los artistas y la vida de ricos y aristócratas, para los hombres surgieron las revistas D´Etiqueta y Caballero; así como publicaciones humorísticas y didáctico-políticas como las de Rius, la revista Mano de influencia estadunidense con escritores como Gustavo Sainz, Nacho Méndez y Sergio Aragonés.
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