CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO MODERNO MEXICANO
Con el proceso de modernización industrial iniciado durante el cardenismo se hizo necesario que el Estado adquiriera dos características fundamentales para su consolidación: ser un Estado gestor del proceso de desarrollo económico mediante la creación de toda la infraestructura necesaria para el desarrollo industrial posterior del país, al mismo tiempo debería ser un Estado árbitro, que impulsara una política gubernamental moderna capaz de conciliar los diversos intereses nacionales de grupos y sectores de la sociedad mexicana, manteniendo un clima de “armonía y estabilidad” política y social a través de la institucionalización del sistema político mexicano por la vía del corporativismo. De esta manera que todos los individuos, grupos y sectores del país quedarían incorporados a las organizaciones gremiales, más no de clase, a la estructura del Estado.
También fue necesario que el partido oficial se transformara en sus siglas y su estructura, es decir, como reclutador de cuadros políticos y controlador de organizaciones de masas. Su predominio quedaría garantizado mediante la imposición, conveniencia y disciplina de la unidad política interna del mismo partido, a cambio de derechos, privilegios y prebendas que harían de la burocracia política una clase social privilegiada. Dos acontecimientos políticos afianzarían aún más este poder: las facultades extraordinarias que la constitución de 1917 le había otorgado al Ejecutivo al fortalecer su poder frente al Legislativo, otorgándole la determinación sin restricción alguna de la orientación del gobierno federal; el poder de vetar y promulgar leyes y la de nombrar a los integrantes y auxiliares de su gabinete. Otro acontecimiento fue la fundación del Partido Nacional Revolucionario en 1929 que agruparía a todas las fuerzas políticas de la familia revolucionaria, quiénes ambicionarían el poder, de ahí en adelante tendría que recurrir a los mecanismos pacíficos del reparto del poder. No más levantamientos armados. Estado, gobierno y partido constituirán una Trinidad.
Por otra parte las medidas adoptadas en el régimen cardenista estuvieron marcadas por muestra de poca simpatía entre los sectores tradicionalmente conservadores dentro y fuera del país. Destacan las manifestaciones de descontento que se iniciaron a partir de la lucha por la sucesión presidencial dentro del PRM, y que tuvieron como antecedentes, provenientes tanto del sector militar como de las fuerzas de oposición, (organizaciones políticas como el Partido de Acción Nacional, Sinarquista y otras de tendencia anticomunista). Aunque es conveniente señalar que la oposición más radical provino de la corriente anticomunista del ejército.
Como solamente estaban en juego las ambiciones personales, sino, el propio futuro del país. El dilema era, si el programa cardenista debía continuar o no para el siguiente periodo presidencial. Los aspirantes más importantes a la presidencia fueron: Francisco Mújica, Juan Andrew Almazán y Manuel Ávila Camacho.
La decisión final la tomó Cárdenas en 1939. En ello influyó, la crisis económica y política de 1938, la cual resultó de las medidas adoptadas por la nacionalización de la industria petrolera y la reforma agraria. Así, el escenario político para las elecciones de 1940 estuvo dominado por un clima de violencia entre el grupo cardenista y el de Ávila Camacho. La llegada de éste a la presidencia se caracterizó por el rechazo lento y paulatino del proyecto cardenista, también por el desmantelamiento del movimiento almazanista, que en dichas elecciones amenazaba con una rebelión. Finalmente, esa violencia quedó reducida a pequeñas acciones militares en el norte del país; las cuales terminaron con la rápida salida de Almazán hacia La Habana, Cuba. Esta acción, planteó para el nuevo grupo dirigente la posibilidad de la estabilidad política en el país, sin el temor de que surgiera otra fuerza política capaz de enfrentar su hegemonía.
A partir de 1940 y hasta el año 2000 la Presidencia de la República fue ocupada por candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), nacido el 18 de enero de 1946, bajo la presidencia de Miguel Ávila Camacho, partido al que denominaremos dominante u oficial. Es importante destacar que los presidentes han concluido su mandato sin ninguna dificultad, además de que todos han sido civiles a partir del gobierno del Lic.Miguel Alemán Valdés.
Entre 1940 y 1970, hubo en dos ocasiones más, problemas con la sucesión presidencial. Después del intento de rebelión por los almazanistas en 1938, se plantearon nuevos problemas dentro de la llamada familia revolucionaria, algunas tendencias internas pretendieron romper con la unidad política del partido. Dichos movimientos fueron encabezados por Ezequiel Padilla, en 1946 y por Miguel Enríquez Guzmán en 1952, pero no lograron crear ninguna “oposición estructurada” pues la mayoría de los organizadores de dichos conatos de rebelión regresaron a las filas del partido una vez que fracasaron en su intento. En el periodo que va de 1940 a 1970, ocuparon la presidencia de nuestro país los siguientes mandatarios:
- Miguel Ávila Camacho 1940-1946
- Miguel Alemán Valdés 1946-1952
- Adolfo Ruíz Cortines 1952-1958
- Adolfo López Mateos 1958-1964
- Gustavo Díaz Ordaz 1964-1970
Manuel Ávila Camacho 1940 – 1946
Su régimen buscó impulsar una política de conciliación entre los diversos grupos y facciones políticas del partido en el poder (PRM) dadas las circunstancias históricas internacionales: como son el inicio de la Segunda Guerra Mundial y la situación política interna del país que requería de impulsar una política de “Unidad Nacional”. Tras los acontecimientos suscitados con la candidatura del general Juan Andrew Almazán. Se favorecería en 1943 la formación de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) integrando a ella los sectores medios profesionales, los empresarios y los militares en un afán de contrarrestar el poder de la fuerza Castrense. Tratando de conciliar intereses, el gobierno negocia con la iglesia el conflicto religioso iniciado en el callismo y modifica el artículo tercero constitucional derogando la educación socialista contenida en dicho artículo. En este mismo contexto y tratando de fortalecer el control gubernamental Ávila Camacho modifica en 1945 el proceso electoral y convoca a la formación y registro de partidos políticos. Son registrados los partidos: Fuerza Popular y Comunista Mexicano. Contradictoriamente a estas propuestas aprueba el “delito de disolución social” al mismo tiempo que reprime a la izquierda.
En cuanto a la política agraria promueve la parcelación del ejido colectivo en 1943, así como, la adopción de medidas de apoyo crediticio a la agricultura comercial de exportación en los distritos de riego. Aprovechando la demanda estadounidense de productos agropecuarios como consecuencia del conflicto bélico mundial, promovió la llamada “revolución verde”. Esta política implantada en perjuicio de los campesinos, generaría gran malestar social en el campo, la cual pronto fue silenciada con la política de control que la CNC ejerció sobre el campesinado mexicano, lo que impidió una ola de protestas como la de la Liga Nacional Campesina "Úrsulo Galván" y el movimiento guerrillero de Rubén Jaramillo en 1943.
Aplicó una política laboral de mano dura y de represión, que se expresó en la modificación de la Ley Federal del Trabajo aplicando sanciones graves para quien promoviera huelgas “ilegales”; obliga a los burócratas a no afiliarse a ninguna organización sindical y a no realizar huelgas por solidaridad. Eleva a Secretaría el Departamento del Trabajo. Durante su gobierno llega a la secretaría general de la CTM Fidel Velázquez en 1941, líder clave en el control y disciplina del movimiento obrero. Para 1943, y a pesar del control gubernamental, se inician huelguísticas entre los ferrocarrileros, tranviarios, telefonistas, petroleros, cinematografistas y mineros; acciones que serán controladas con un laudo de la Suprema Corte de Justicia que ordena el despido sin indemnización a quienes impulsen la huelga. Más tarde este laudo quedará compensado con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En respuesta a esta política antilaboral nacen nuevas organizaciones obreras; la Confederación de Obreros y Campesinos del Estado de México (COMM), la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), la Confederación Proletaria Nacional (CPN).
Se ve involucrado en el conflicto bélico mundial cuando los buques petroleros “Faja de Oro” y “Potrero del Llano” son hundidos en 1942, declarando México la guerra a los países del Eje (Alemania, Japón e Italia), colocándose al lado de los aliados y aunque México no participó en forma activa en la guerra, acordó con el gobierno estadounidense los siguientes puntos:
- La migración temporal de braceros para ir a trabajar a este país.
- Un compromiso comercial a partir de 1942 para abastecer a este país de materias primas estratégicas para la guerra a cambio de proporcionarle todo lo necesario a nuestro país para su desarrollo industrial.
Miguel Alemán Valdés 1946 – 1952
Fue el primer gobierno civil después de un largo periodo de presidentes de origen militar, desde 1910 hasta 1940. Promovió el desarrollo industrial, favorecido por la Guerra de Corea ya que las exportaciones mexicanas descendieron al fin de la Segunda Guerra Mundial. Propicio la entrada del capital extranjero a nuestro país a través de una política proteccionista en la que el Estado otorgó al capital extranjero: subsidios, créditos, exenciones de impuestos, intervención directa en áreas clave de la economía y obras de infraestructura que incrementaron las utilidades y ganancias del gran capital.
Su política económica abandonó los postulados cardenistas del reparto agrario y el ejido colectivo impulsando una serie de reformas constitucionales al artículo 27, como son el derecho de amparo en materia agraria y la ampliación de la propiedad privada agraria, estimulando entre los propietarios empresarios el crédito, las obras de irrigación pública, el uso de semillas mejoradas, la asesoría técnica, maquinaria y herramientas agrícolas, favoreciendo de esta manera una verdadera revolución que dio en llamarse la “revolución verde”.
Así el abandono paulatino de la política agraria condujo a un enorme malestar social y político en el campesinado mexicano que se complicó aún más con una epidemia de fiebre aftosa entre el ganado vacuno que obligó al gobierno mexicano a sacrificar el ganado enfermo y el sano también ante la presión del gobierno estadounidense.
Fue un sexenio inmerso en la llamada “Guerra Fría” que declaró su anticomunismo ante el beneplácito del gobierno estadounidense y por ello no dudó en poner en marcha una política obrera y agraría hostil y represiva en contra de los trabajadores de la insurgencia. Por ello, utilizó la fuerza pública, el charrismo sindical, la corrupción y el encarcelamiento de líderes y el uso de grupos de choque. Esto propició el surgimiento de organizaciones como la Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM); la Confederación Unitaria de Trabajadores (CUT); la Alianza de Obreros y Campesinos (AOCM). Bajo este técnica el propio partido oficial experimentó una serie de contradicciones político-sociales al contender dos candidatos del mismo partido: el general Miguel Henríquez Guzmán y Adolfo Ruíz Cortines y por la oposición Vicente Lombardo Toledano cuya postulación la hicieron el Partido Popular (PP), y el Partido Comunista Mexicano y la UGOCM.
Adolfo Ruíz Cortines 1952 – 1958
Este presidente fue un candidato de conciliación ante el heriquismo y la herencia alemanista de corrupción y falta de credibilidad del sistema político mexicano, ante esta situación fue necesario impulsar una política de austeridad que conservó la misma orientación laboral y agraria de sus antecesores. Fue un sexenio en el que la inversión pública destinada a los campesinos y ejidatarios descendió, la reforma agraria se estancó a diferencia de los avances que la agricultura capitalista alcanzó con el aumento de la inversión, los precios internacionales de los productos agropecuarios y su abaratamiento a raíz de la devaluación del peso mexicano en 1954. Y aunque el crecimiento económico había sido deslumbrante hasta 1956, sin embargo tal situación se modificó con el descenso de las exportaciones mexicanas que se vieron afectadas con la reconstrucción de la economía europea y la política proteccionista y de dumping promovida por el gobierno estadounidense, de manera que el gobierno ruizcortinista se vio obligado a impulsar el llamado “desarrollo estabilizador” con el fin de reducir la inflación a través de: el control de los salarios, el precio de los alimentos y el precio de las materias primas. Estos aspectos se agravaron aún más cuando Estados Unidos puso fin al convenio de contratación de trabajadores agrícolas mexicanos, en calidad de campesinos desempleados.
Nuevamente el descontento se dejó sentir ante la política gubernamental que problematizó aún más la situación del campo, promoviéndose invasiones de tierras en Sonora, Baja California, Sinaloa, Nayarit y la Comarca Lagunera, al frente de las cuales se encontraba la UGOCM.
Entre los obreros también hubo movilizaciones que tuvieron como ejes fundamentales: las malas condiciones de vida, los bajos salarios y la falta de democracia sindical que obligaron a este gobierno a impulsar la unión de pequeñas centrales para evitar la dispersión del movimiento obrero y su falta de control. Así surgieron en 1952 la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y en 1955 el Bloque de Unidad Obrera (BUO).
Adolfo López Mateos 1958 – 1964
Su gobierno fue escenario de múltiples conflictos laborales y populares a consecuencia de malas condiciones de vida de los trabajadores, de sus bajos salarios y de la falta de democracia sindical en sus organizaciones pero también del abandono y miseria en que se encontraban los campesinos como consecuencia del apoyo que la industrialización había experimentado a partir de los años cincuenta. Situación de malestar social que se vio estimulada con una etapa de procesos revolucionarios en algunos países de Latinoamérica como Perú, Venezuela, Colombia, Brasil y Cuba donde el proceso revolucionario se había radicalizado. El caso cubano significó para México el impulso de una política de cautela y reserva bajo los principios de la autodeterminación de los pueblos y la no intervención, lo que le permitió mantener relaciones con la isla cuando esta fue expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Durante su sexenio se suscitaron insurrecciones campesinas en varios estados de la república que denotaban el malestar político y social de su política laboral y agraria.
Hubo momentos en que el ascenso del movimiento obrero puso en riesgo el control de las organizaciones obreras oficiales sobre el resto del movimiento obrero. Así entre 1958 y 1959 el movimiento obrero vivió uno de sus momentos más brillantes en un intento por estructurar un sindicalismo independiente, del que los ferrocarrileros se constituirían en la vanguardia del movimiento obrero. La respuesta por parte del gobierno fue la requisa, la represión, la cárcel y la formación de una nueva central obrera oficial: la Central Nacional de trabajadores (CNT).
Gustavo Díaz Ordaz 1964 – 1970
Este gobierno se caracterizó por su autoritarismo y por la represión y aunque fue un sexenio con crecimiento económico extraordinario del 7% anual, así como también por el desarrollo de nuevas ramas industriales que mejoraron los salarios y las condiciones de vida de los mexicanos. Sin embargo la situación económica del campo se hizo grave conduciendo al país a una crisis agrícola.
Otro rasgo importante de este gobierno fue la cada vez más grande participación de la inversión extranjera en las actividades agroindustriales en las regiones más productivas del país. Las protestas y movilizaciones fueron la expresión de esta situación entre 1965 y 1970 en varios estados del país en donde la Confederación Campesina Independiente (CCI), fue impulsora de esta insurgencia. La derrota de la insurgencia obrera a fines de los cincuenta y el mejoramiento en las condiciones contractuales, salariales y de vida condujeron a los sindicatos de industria a desmovilizarse, constituyéndose en una elite del movimiento obrero, a diferencia de los sectores medios que vieron pauperizarse sus salarios y sus condiciones de vida al mismo tiempo que se proletarizaban. Esto explica su necesidad de recuperar y mejorar su condición salarial y de vida y que tiene su expresión en los movimientos médico y estudiantil de 1964, 1965 y 1968.
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